La piel desempeña un papel crucial en la salud y el desarrollo de los niños. No solo actúa como una barrera protectora contra los agentes externos, sino que también regula la temperatura corporal y transmite sensaciones táctiles.
Los padres a menudo pasan por alto el peligro de la exposición solar en sus hijos. Ya que desconocen los riesgos para la piel y la importancia de tomar precauciones.
A medida que exploramos la importancia del cuidado de la piel en niños, es esencial destacar la clasificación de carcinógenos de la IARC (Agencia Internacional de Investigación sobre el Cáncer).
Grupo 1: Carcinógeno para los humanos
El Grupo 1 de la IARC es la clasificación más alta y se refiere a sustancias “cancerígenas para los seres humanos”. Hay pruebas concluyentes de que estas sustancias pueden causar cáncer, y se deben evitar en todo momento.
La exposición excesiva al sol puede causar daños significativos en la piel de los niños, como:
- Quemadura solar.
- Envejecimiento prematuro.
- Aumenta el riesgo de cáncer de piel.
Para proteger la piel de los niños, es importante seguir estas medidas:
- Aplicar protector solar de amplio espectro con factor de protección solar (FPS) adecuado.
- Evitar la exposición solar directa durante las horas pico.
- Vestir a los niños con ropa protectora, como sombreros de ala ancha y ropa de manga larga.
- Buscar sombra siempre que sea posible.
- Utilizar gafas de sol con protección UV.
Datos importantes al aplicar protector solar:
- Menores de 1 año: No deben exponerse al sol y deben protegerse con ropa y sombrilla.
- Menores de 6 meses: No pueden usar protector solar.
- Entre 6 meses y 2 años: Usar fotoprotectores pediátricos con filtros físicos.
- Mayores de 2 años: Usar fórmulas infantiles con filtros físicos, químicos o mixtos, FPS superior a 30 y anti-UVA.
- Aplicar generosamente 15-30 minutos antes de la exposición, repetir cada 2 horas.
Proteger la piel de los niños del sol es crucial. Con medidas adecuadas, como el uso de protector solar y ropa protectora, aseguramos su salud y prevenimos riesgos a largo plazo. Educar y fomentar hábitos saludables desde temprana edad garantiza una piel sana en el futuro.